Alcalá del Júcar

La tranquilidad está presente en todas sus callejuelas, no hay prisa, solo calma, incluso las aguas  del Júcar corren serenas bajo el puente romano y  siguen su curso.

Tierra de árabes y cristianos, de reyes y nobles.   

Un poco de historia de Alcalá del Júcar 

   Su imponente castillo refleja la indiscutible presencia árabe, a la que debe su nombre Al-Kala, cuyo significado es castillo.

Alcalá era un pueblo de la región de Jorquera, pero el 18 de abril de 1364 Pedro I de Castilla, le dio la separación, asignándole el Fuero de las Leyes y el ordenamiento concejil entre otros derechos.

Perteneció a la región de Villena, un señorío de gran importancia en la Edad Media y en la monarquía castellana.

La riqueza de las tierras de Villena y su ubicación fronteriza con el reino de Castilla aumentan su importancia, sin embargo o quizá por ello, esta región se ha visto envuelta en varias disputas que se prolongaron hasta el reinado de los Reyes Católicos.

El Marquesado y sus villas, incluidas Alcalá, fueron lugar de años de enfrentamientos entre el poder real y los nobles.

Alcalá del Júcar fue sometida a ese poder hasta el siglo XIX.

En el siglo XII, Alcalá del Júcar fue fortaleza musulmana. Formó parte de la línea defensiva que construyeron los árabes en la ribera del río para contener la presión de los Reyes Católicos.

Recorriendo Alcalá del Júcar  

Apareció al girar una de las últimas curvas de la carretera CM-3201, detuve el coche, me subí la cremallera de la chaqueta y baje. Arriba la torre del castillo, justo debajo las blancas casas parecía que se amontonaban entre la colina y la roca. La perspectiva desde el mirador antes de llegar al pueblo es una clara señal de que voy a pasar unos días bonitos, tranquilos y de desconexión. Apoyada en la barandilla contemplo Alcalá del Júcar, el cielo esta despejado, el sol ilumina las casas, hace frío. Debajo entre el rocoso monte, el Barranco de la Noguera.

Apenas hay unos 10 minutos hasta el parking gratuito del castillo donde dejaré el coche estos días. Dejaré primero la mochila en la Cueva Blanca donde me voy a alojar, Tere y Blanca ya me han mandado un whatsapp de bienvenida y el código de la entrada. Se encuentra en la parte alta del pueblo, cerca del castillo. 

 Dejo la mochila y ansiosa comienzo  la bajada por el entresijo de estrechas callejuelas, todas las casas tienen su pequeña terraza,  aproximadamente entre la calle castillo y la calle Purísima, las vistas de Alcalá se vuelven espectaculares, continuo bajando, no sé muy bien porque calle, he decido dejar el mapa y simplemente caminar hasta llegar al puente romano. Al parecer, durante los siglos XIV y XV, el puente original de cinco arcadas, fue un punto de aduana del llamado Camino Real de Castilla a Levante.

Lluvias, riadas, y las inundaciones del río a lo largo del tiempo desde la era romana lo fueron deteriorando. Construyeron uno nuevo de cuatro arcadas en 1771. Justo en su mitad, se alza la Cruz del Puente, derribada en la Guerra Civil y reconstruida tras la victoria franquista llamándola Cruz de la Victoria. Justo bajo de ella, la placa en piedra recuerda su año de construcción.

Camino entre las hojas invernales que llenan el suelo empedrado hasta llegar a la playa, una bonita playa fluvial en la que refrescarse en los meses más calurosos del año y donde ahora nadan un par de patos.  El bar restaurante  que durante el estío está lleno de ambiente, ahora permanece cerrado.  Bajo por el puente de madera hasta la pequeña plaza redonda sobre el Júcar y frente al puente romano. Es verdaderamente bonito, la vista del pueblo desde aquí lo embellece.

Me está entrando hambre, son un poco más de las 14:00, voy a buscar un sitio agradable para comer.

El olor a barbacoa aumenta mi apetito, mi olfato me guía y llego a un gran asador donde el fuego se encarga de asar chuletas de cordero, carrilladas, secreto, entre otros manjares.  Me siento en una mesa junto al río, me abrigo un poco, hace frío, el sol y el sonido del Júcar convierten el momento en uno de esos instantes. Brindo por ello. Las carrilladas, y el pisto manchego estaban absolutamente deliciosas. Me tomo un té verde mientras reposo un rato. El restaurante asador Vistas al río, bien merece la pena.  

He visto que hay una pequeña ruta que comienza justo al final del puente, llamada Camino de la Hondonera o ruta del agua. Es un sendero junto al río que bordea la parte baja de Alcalá. Camino entre los frondosos árboles  mientras escucho el suave murmullo del agua. 

Recuerdo que hace varios años estuve con mis primos aquí en Alcalá de Júcar, y entre otras cosas estuvimos en las Cuevas del Diablo, voy a acercarme a verlas. Subiendo por las estrechas y empinadas callejuelas llego a la calle San Lorenzo, donde se encuentran las cuevas.

Las cuevas del diablo de Alcalá del Júcar      

La puerta de la facha blanca empedrada está abierta, el cartel anuncia que las cuevas están abiertas hasta las 18h. La entrada tiene un módico precio de 3,50€ con consumición por si apetece degustar algo en el bar al final de la cueva.

En realidad son dos cuevas unidas construidas por los árabes, la del Diablo y la de Gardén, siendo esta última la más antigua. En aquella época su función era bélica. La de Gardén era un puesto de centinelas, y desde su gran mirador vigilaban el río para evitar que lo cruzaran evitando el pago de los impuestos a los que se debía hacer frente en el puente romano.

Con el paso del tiempo fueron olvidadas, hasta 1905 que por orden de una acaudala familia de buena posición, las reconstruyó para que sirvieran de corrales y alacenas.

Unos cuantos años después, en la década de los 80, un hombre de la localidad de Almansa llamado Juan José Martínez alias “El Diablo”  con un curioso bigote llegó a Alcalá del Júcar, una vez asentado en el pueblo, se dio cuenta del valor turístico de dichas cuevas, decidió adquirirlas y  realizar un proyecto de reforma hasta lo que actualmente es. El hombre adquirió una gran reputación en Alcalá y además le encantaba la poesía, algo que quedó plasmado en sus 2500 poemas.

Las cuevas tienen una temperatura constante de 18 grados durante todo el año.
Las primeras estancias están llenas de toda clase de antigüedades, maquinas de coser, utensilios de labranza y cultivo, vajillas, vasos, sillas, espejos, fotografías, un pozo, y una gran colección de billetes de varios lugares, recortes de periódico y números de lotería. El largo pasillo con dos grandes estancias más a ambos lados y aproximadamente a la mitad, muestran más útiles de labranza entre otras cosas muy interesantes. Al final del corredor, llego al bar y por otro pasillo a la terraza con preciosas vistas a la Hoz del Júcar, antaño el puesto de vigilancia. La verdad, es que pocos espacios quedan sin que haya alguna antigüedad, es enteramente un museo lleno de curiosidades, me paso un buen rato mirándolas todas.

Cuevas del Diablo

 No sé si porque es entre semana o por otro motivo, pero no hay nadie, la camarera del bar y yo, así que me permito disfrutar de todo el lugar a mis anchas, tras lo cuál pido una copa de vino y unas riquísimas aceitunas de la región y me siento un buen rato en la terraza.

No queda mucho para que anochezca del todo, y pronto  encenderán las luces navideñas, ya que es la segunda semana de diciembre.

Paseo nocturno por Alcalá del Júcar   

Me abrigo un poco más, y camino por las callejuelas iluminadas, en la pequeña plaza frente a la iglesia un árbol  de luces blancas coronado por una bonita estrella. Giro la esquina,  ya puedo ver los destellos  dorados  del puente romano , sus luces iluminan las cuatro arcadas dándole un brillo mágico. Hasta el castillo luce en su torre la estrella de Navidad . No hay prácticamente nadie en la calle, la verdad es que hace mucho frío, pero Alcalá del Júcar está embellecido por las luces, me quedaré un ratito más junto al puente.

El castillo de Alcalá del Júcar  

Mientras desayuno en la terraza del bar la Hondonera, leo un poco sobre el castillo, al que en un ratito pienso ir.

Se encuentra  en la parte más alta del pueblo, sobre el peñasco formado por la hoz del Júcar. Siglos XII y XIII, de origen árabe y según varios historiadores también tuvo un origen almohade (estado musulmán dirigido por la dinastía bereber). También fue un asentamiento íbero, romano y cristiano. Tras la conquista de la región por Alfonso VIII en 1213, la fortaleza pasó a manos cristianas. A mediados del siglo XV, el Marqués de Villena, Don Juan Pacheco, reformó el castillo. Entre 1634 y 1668 la torre se hundió, permaneciendo así hasta primeros de los años setenta que fue reconstruida. Restauraron la Torre del Homenaje conservando su distribución interior original  así como la puerta que da acceso a la parte superior, antaño el acceso primitivo. Es un torreón pentagonal con dos pequeñas torres circulares en tres alturas y una terraza. Adosado a ella, un espacio con una muralla en donde se encontraba la pasarela. Todo el recinto ocupa unos 5.000 metros cuadrados.

Existen varias leyendas en torno al castillo, porque no sería un castillo sin su leyenda ni su princesa. Zulema, una princesa cristiana era cortejada por el moro Garadén que fiel a su fe se arrojó al vacío muriendo. Otra menos trágica cuenta el amor prohibido de la princesa que en esta versión es musulmana, con un caballero cristiano;  la pareja huye de la ira del moro Garadén, padre de la princesa, estableciéndose en la aldea cercada Zulema.

Doy el último sorbo al rico café y emprendo la marcha hacía el castillo.

La entrada esta custodiada por un cristiano y un moro, bordeo la Torre y contemplo las bonitas vistas antes de entrar en el castillo. La zona interior  de las murallas bien pudo ser una especie de foso. En la primera sala del interior una maqueta con el pueblo y el castillo acompañadas de varios carteles informativos, cuentan brevemente la historia de Alcalá del Júcar y su castillo.  La estrecha escalera  defensiva de caracol, que en aquellos tiempos subía a la torre de vigilancia, ahora conduce a la sala superior en donde un arquero de metal que no acierto a saber si se trata de un moro o de un cristiano, apunta con bastante atino a la zona del monte.

Disfruto del panorama, desde aquí puedo ver el laberinto de callejuelas y sus empinadas cuestas.

Las entradas pueden adquirirse en el mismo castillo y en la oficina de turismo. Castillo de Alcalá del Júcar, información y venta de entradas

He de darme algo de prisa, he quedado en la oficina de turismo con la guía para ir a la curiosa plaza de toros.

La increíble plaza de toros de Alcalá del Júcar 

Se encuentra a la otra parte del pueblo. Hay algunas personas más esperando a la chica para entrar. Es una de las plazas de toros más antiguas de España, se cree que es  de finales del siglo XIX, aunque realmente se desconoce su fecha exacta. La construyeron sobre la ladera del monte, por lo que tuvieron que nivelar el terreno con una base y un relleno de mampostería directamente sobre la roca. Su curiosa forma irregular sorprende tanto desde el exterior como desde el interior. Subo los altos escalones que en realidad son los asientos hasta llegar a la parte superior, es impresionante desde aquí arriba.  Su interesante y peculiar forma es debida a que nadie pudiera ver el ruedo desde ningún punto del exterior, no teniendo más remedio que adquirir entradas para ver los espectáculos. La realizaron mediante un encofrado de barro, cantos, cal y paja.

Ayer vi cerca del restaurante donde comí un cartel que anunciaba: cueva de sal, un oasis de relajación. Así que, allí me dirijo

Cueva de la sal 

La amable chica me recibe con una sonrisa, me da las indicaciones necesarias y me dice que en esta sesión estoy sola porque nadie más ha reservado esa hora. Perfecto ya que así podré disfrutar algo más de la cueva. Me quito las zapatillas  y me acomodo en la tumbona.  Por unos momentos observo todo el entorno, las blancas estalactitas de sal que hay en el techo, la pequeña cascada de la caverna, las luces de colores; la suave música y el sonido del agua me cierran los ojos y pronto me relajo. Pasados unos treinta minutos cesa la música y la chica entra con suavidad. La verdad es que me ha gustado mucho.

Construida con piedra de sal del Himalaya y sal del Mar Muerto y diseñada para potenciar los beneficios de dicho mineral. El aire que hay dentro de la cueva está enriquecido con yodo magnesio, potasio y hierro, elementos que el cuerpo absorbe de forma natural a través de la respiración aportando grandes beneficios. Cueva de la Sal

Puntos emblemáticos y rutas de Alcalá del Júcar  

Puntos emblemáticos de Alcalá del Júcar 

• Puente romano
• Playa fluvial
• Castillo
• Iglesia de San Andrés
• Cuevas del diablo
• Plaza de toros
• Mirador calle Batán carretera CM-3201

Rutas en Alcalá del Júcar   

• Ruta del agua, comienza al final del puente romano. Un bonito paseo de media hora junto al Júcar.
• Ruta urbana, desde el castillo se va bajando por las callejuelas hasta llegar a la playa.
• Ruta sendero Batán PR-AB 19.  Entre las llanuras y la ladera sur del cañón del Júcar. Comienza en la playa, tras un pequeño tramo urbano, una elevada pendiente lleva a la llanura, entre viñas y almendros. Un sendero de herradura lleva al fondo del valle, frente a Tolosa. Se regresa en paralelo al río Júcar hasta llegar a Alcalá.  14,4km
• Ruta sendero El Morrón PR-AB 17. Ruta circular entre la llanura, el valle y el cañón del Júcar. Se inicia en la playa o en el castillo. Si es desde la playa, hay que subir por las callejuelas hasta el castillo.  Desde el castillo, la senda lleva a la pedanía de Las Eras. El sendero continúa con hermosas vistas. Un camino que antaño era de carruajes romanos, nos lleva de nuevo al fondo del valle en Tolosa. Cruzamos por el embalse. El regreso al Alcalá es por el margen derecho del río. 16km
•  Ruta sendero El Corciolico PR-AB 16. Desde la playa, una senda zigzagueante lleva a la pedanía Casas del Cerro, desde ahí, se regresa por una estrecha senda, el último tramo es por la carretera que llega a Alcalá.  5,3km
• También hay una ruta  de cicloturismo conocida como sendero Tranco del Lobo de unos 28km.

Otras rutas de la zona, Senderos de La Manchuela 

Alcalá del Júcar declarado Conjunto Histórico Artístico y uno de los Pueblos más Bonitos de España  

Alcalá del Júcar está dentro de la categoría de los Pueblos más Bonitos de España, una asociación que promociona lugares de gran belleza en donde se combina a la perfección historia y cultura y en donde la tradición envuelve al viajero. Además se encuentra incluido en la categoría de Conjunto Histórico Artístico, asociado a Bien de Interés Cultural.

La cueva blanca  

Acogedora, llena de encanto y buen gusto. En la parte alta de Alcalá del Júcar, muy cerca del castillo.

Mapas

Otros lugares de España que te pueden interesar