Itinerario para un viaje a Sicilia en 7 días.
Un recorrido inolvidable por la isla de los contrastes
Héctor García, periodista y viajero. Editor de Islasviajeras.com, un blog especializado en islas turísticas de todo el mundo, colabora con Lugares y otras Curiosidades con un itinerario perfecto para descubrir Sicilia en 7 días.

Realizar un viaje a Sicilia en 7 días es la oportunidad perfecta para sumergirse en la riqueza histórica, cultural y natural de esta maravillosa isla del Mediterráneo. Desde majestuosos templos griegos hasta encantadores pueblos barrocos y espectaculares paisajes volcánicos, Sicilia ofrece una experiencia única para cada viajero.
Durante una semana, es posible recorrer sus ciudades vibrantes, relajarse en sus playas y deleitarse con su exquisita gastronomía. Este itinerario está diseñado para aprovechar al máximo la esencia siciliana en un viaje inolvidable.
Día 1: Palermo, la vibrante capital
El punto de partida de este viaje a Sicilia en 7 días es Palermo, una ciudad llena de historia y energía. Sus calles están impregnadas de influencias árabes y normandas, visibles en monumentos como la Catedral de Palermo y la Capilla Palatina.
Una visita al bullicioso mercado de Ballarò ofrece una experiencia auténtica. Entre los puestos de comida callejera se pueden degustar especialidades locales como el pane e panelle, una especie de bocadillo de harina de garbanzo, y el arancino, una croqueta de arroz rellena de carne o queso.
Las esculturas renacentistas de la fuente de la plaza Pretoria, invitan a contemplar toda su fascinante arquitectura, siendo este un lugar perfecto para observar lo más típico en pleno centro de Palermo. Cerca de allí, los Quattro Canti, una intersección barroca simétrica, marcan el corazón de la ciudad histórica.
La mejor vista panorámica de Palermo se puede contemplar desde la Capilla Palatina y el Palacio de los Normandos, una experiencia cultural imprescindible ofrecida por estos dos magníficos edificios. Los mosaicos dorados de la capilla son un testimonio de la opulencia normanda y bizantina.
A medida que cae la tarde, un paseo por el barrio de La Kalsa revela calles llenas de historia, plazas animadas y pequeñas tabernas donde degustar una copa de vino siciliano. Para quienes buscan relajarse junto al mar, la playa de Mondello es un lugar perfecto para finalizar el primer día en Sicilia.

Día 2: Monreale y Cefalú, joyas arquitectónicas
No hay que dejar de ir a ver la Catedral de Monreale, obra maestra del arte normando, a pocos kilómetros de Palermo. Construida en el siglo XII, su interior deslumbra con mosaicos dorados que narran escenas bíblicas, y las tallas de las columnas, así como los capiteles del claustro benedictino, aportan serenidad.
Continuamos hacía la ciudad medieval y costera de Cefalú, en la que encontraremos la que quizá sea la playa más espectacular de Sicilia.
Las espectaculares torres gemelas acompañadas de una imponente estructura de la Catedral de Cefalú, dominan la plaza principal, siendo un ejemplo más del arte normando.
Pasear por las calles estrechas de Cefalú permite descubrir rincones llenos de tiendas artesanales y restaurantes donde degustar especialidades sicilianas, como la pasta con sardinas o el cannolo. Un punto imperdible es el Lavatoio Medievale, un antiguo lavadero de piedra que muestra cómo se organizaba la vida cotidiana en siglos pasados.
Disfrutar del atardecer desde la colina Rocca di Cafalú, impregnándose de las bonitas vistas, es la mejor forma de concluir el día.

Día 3: Valle de los Templos y Scala dei Turchi
La tercera jornada de estas vacaciones en Sicilia te lleva a Agrigento, hogar del Valle de los Templos, uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo griego clásico. Declarado Patrimonio de la Humanidad, alberga una serie de templos dóricos que datan del siglo V a.C., destacando el majestuoso Templo de la Concordia.
Imagina el sublime esplendor de la antigua Akragas mientras caminas por las ruinas de la una de las colonias de la Magna Grecia más prósperas.
Después de la exploración cultural, el recorrido continúa hacia la Scala dei Turchi, una maravilla natural esculpida por el viento y el mar. Este acantilado de roca blanca calcárea, con su forma de escalones que descienden hacia el mar, ofrece un espectáculo visual único.
Muchos visitantes aprovechan para relajarse en la playa cercana o simplemente admirar la puesta de sol desde lo alto de la formación rocosa, un momento mágico para cerrar el día.

Día 4: Ragusa, Modica y Noto, el corazón barroco
El cuarto día de viaje se adentra en la Sicilia barroca, con tres ciudades que destacan por su arquitectura y encanto histórico.
Ragusa, con su casco antiguo conocido como Ragusa Ibla, es un laberinto de calles adoquinadas, iglesias imponentes y vistas panorámicas impresionantes. La Catedral de San Giorgio y el Jardín Ibleo son paradas imprescindibles para sumergirse en la atmósfera barroca de la ciudad.
La ciudad de Modica, de gran belleza arquitectónica y con auténticas delicias gastronómicas como el chocolate que elaboran según una receta ancestral.
La Iglesia de San Giorgio y la Iglesia de San Pietro dominan la ciudad con sus escalinatas y fachadas ornamentadas. Un paseo por sus calles invita a detenerse en alguna de sus pastelerías para probar el icónico chocolate modicano. Culminamos el día en la joya del barroco siciliano, Noto. Sus calles elegantes y sus fachadas doradas se iluminan al atardecer, creando un espectáculo visual único.El epicentro de la ciudad es la Catedral de Noto.
Recorrer el Corso Vittorio Emanuele, la vía principal, permite admirar palacios y plazas que evocan la grandeza de tiempos pasados. Sin duda, uno de los grandes tesoros que ver en Sicilia.
Día 5: Siracusa y la isla de Ortigia
Uno de los lugares más importante y que además ofrece una gran inmersión en la historia clásica es Siracusa.
El Parque Arqueológico de Neápolis alberga ruinas espectaculares como el Teatro Griego, donde aún se representan obras clásicas, y la Oreja de Dionisio, una cueva con una acústica sorprendente. El viaje continúa hacia Ortigia, el corazón histórico de Siracusa. Esta pequeña isla conecta pasado y presente con su laberinto de callejuelas, plazas encantadoras y vistas al mar. Un par de paradas imprescindibles que no hay que dejar de visitar, son la Fuente de Aretusa y la Catedral de Siracusa, que fue construida sobre un templo griego antiguo.
Para terminar el día, un paseo al atardecer por el puerto o una cena en un restaurante con vistas al mar brindan una despedida perfecta a esta ciudad cargada de historia y encanto mediterráneo.

Día 6: Catania y el Monte Etna
Llegamos una ciudad vibrante, de arquitectura barroca, donde se mezcla su historia única y la vida moderna, siendo la segunda urbe más grande de Sicilia, Catania.
La Piazza del Duomo, con la Catedral de Santa Ágata y la Fuente del Elefante, es el corazón de la ciudad. Un paseo por la Via Etnea permite descubrir edificios de piedra volcánica, mercados animados y cafés históricos. El mercado de pescado de Catania, conocido como La Pescheria, es una experiencia auténtica que muestra la vida cotidiana siciliana. Aquí, los vendedores ofrecen productos frescos con el bullicio característico de un mercado tradicional.
Desde Catania, la excursión al monte Etna es una de las experiencias más inolvidables del viaje. Este volcán activo, el más alto de Europa, permite explorar cráteres, cuevas de lava y paisajes lunares. Para los más aventureros, es posible realizar senderismo hasta zonas de gran altitud o tomar un teleférico y vehículos todoterreno para acercarse a los cráteres principales.
Para finalizar el día, regresar a Catania y disfrutar de su gastronomía local es una opción ideal. Platos típicos como la pasta alla Norma, los arancini y los cannoli son imprescindibles para una experiencia culinaria completa en la ciudad.

Día 7: Taormina, un cierre espectacular
El último día del viaje nos lleva a Taormina, una de las ciudades más encantadoras de Sicilia. Situada en lo alto de un acantilado con vistas al mar Jónico, su atractivo principal es el Teatro Griego, una antigua construcción que ofrece un marco incomparable con el monte Etna como telón de fondo.
Recorrer el Corso Umberto, la calle principal, permite disfrutar de boutiques elegantes, cafeterías con terrazas y un ambiente vibrante. La Piazza IX Aprile, con su mirador panorámico, es un lugar ideal para detenerse y admirar la belleza del entorno.
Para un contacto con la naturaleza, la visita a Isola Bella es una excelente opción. Esta pequeña isla, conectada a la costa por un istmo de arena, es una reserva natural con aguas cristalinas perfectas para nadar y bucear.
Para finalizar el viaje, una cena en uno de los restaurantes con vistas al mar brinda la oportunidad de degustar platos locales como la pasta con tinta de calamar o el pez espada a la siciliana rodeado de un mágico entorno.

Realizar un viaje a Sicilia en 7 días es una experiencia enriquecedora que combina historia, cultura y naturaleza en cada rincón de la isla. Desde los templos de Agrigento hasta las aguas cristalinas de Taormina, cada jornada ofrece una mezcla única de exploración y descanso.
